El cristal más famoso es, por supuesto, el cristal Swarovski, que debe su éxito, desde principios de siglo, a un proceso de fabricación patentado y secreto combinado con una calidad de tallado a máquina muy fina, cuyos procesos han evolucionado considerablemente.
La gama de colores del cristal Swarovski se basa en los nombres de las piedras preciosas o semipreciosas: encontramos la Crisolita para el cristal con un tono verde suave, el Topacio para un tono anaranjado (disponible en Light, un tono más claro, en Smoke effect (ahumado, por tanto más oscuro)...