Coloca la punta puntiaguda en el pirograbador y caliéntalo, colocándolo sobre su soporte (¡y cuidado con el cable eléctrico que se interpone!)
Una vez caliente, ya está listo para usar. Lo mejor es hacer una o dos pruebas en un trozo de madera para comprobar el aparato y, en particular, la forma en que el pirograbador se apoya en la madera. De lo que se trata es de marcar una línea, no de quemar la madera circundante...
Con una mano ligera, simplemente pase la punta caliente sobre las líneas de lápiz, sin presionar durante más tiempo.